A menos que hayas vivido debajo de una roca los últimos años, sabrás que el K-Pop lleva ganando constantemente popularidad en Filipinas y que en la actualidad se encuentra en su punto álgido y, sino, ¿qué hay de toda esa gente que sigue dándole vueltas a las consecuencias del éxito viral internacional «Gangnam Style» de PSY quien, a propósito, está en la misma agencia que BIGBANG (YG Entertainment)? Escasos, lejanos en el tiempo y, normalmente, caros, las entradas de los conciertos K-Pop suelen acabar por agotarse al instante. No es una sorpresa entonces que la mayoría de la gente que no escucha música coreana se pregunte qué tienen exactamente «esos coreanos» que hace que sus ardientes y, normalmente, jóvenes fans ahorren y, en última instancia, paguen cifras por valor de, digamos, lo que costaría un smartphone nuevo.
Comenzando con 20 minutos de retraso (y, cuando se está en Manila, eso es algo bueno), el concierto de BIGBANG se inauguró con un vídeo impresionante en el que una nave espacial que flotaba a miles de kilómetros por encima de lo que parecía ser la atmósfera terrestre desplegaba cinco cápsulas que contenían a los cinco compoenentes. La cortina, que también servía como pantalla, se bajó para desvelar las mencionadas cápsulas con los componentes dentro mientras cantaban una breve intro titulada «Alive».
Y, a partir de ahí, el concierto fue una sucesión de actuaciones en directo repletas de energía, y los chicos cantaron últimos lanzamientos como «Monster», «Blue», «Fantastic Baby» o «Bad Boy» por normbrar algunos. También actuaron con algunos de sus éxitos más antiguos: «Lies», «Gara Gara Go», «Love Song» o «Tonight», y cantaron con los sentimientos a flor de piel una de sus canciones más populares hasta la fecha, «Haru Haru».
El concierto acabó más de dos horas después con las actuaciones encore de «My Heaven» y «Last Farewell» y con la repetición de «Bad Boy» y «Fantastic Baby» entre otras.
Lo más abrumador de los conciertos K-Pop es la asistencia. Como se pudo ver en el evento de anoche, a pesar de haberse celebrardo en el «Mall of Asia Arena» nuevo, al sur de Manila Metro, un día de diario (un miércoles nada menos, también conocido como «día Baclaran», uno de los más ajetreados de Manila), los precios ridículamente caros y el mal tiempo que decidió hacer acto de presencia, el estadio estaba lleno de fans, cuyo nombre colectivo es VIPs.
Y los VIPs vieron como su tiempo y dinero habían sido bien invertidos. Aparte de ver a los cantantes en directo, los conciertos K-Pop siempre tienen un montaje muy elaborado, y no solamente estamos hablando del diseño del escenario. También están los vídeos que de verdad te cuentan una historia, la cual depende del tema del concierto, el despliegue de fuegos artificiales y los extras estrafalarios: en el caso de BIGBANG, hubo bicicletas y segways brillantes. Para completar todo esto están los fans. Por algún motivo, la «unidad de los fans» se nota mucho más en este tipo de conciertos y, sino, ¿qué representa el que lleven lightsticks de un diseño común y que se pongan ropa y complementos que expresan sus «preferencias»?
Entre actuación y actuación, los miembros de BIGBANG hablaban a sus fans en inglés y decían algunas palabras en tagalo, probablemente aprendidas de su compañera en YG y antigua actriz en «Star Magic» Sandara Park, o Dara de 2NE1, quien, a juzgar por sus últimos tweets, acudió al concierto como signo de apoyo. Con una barrera del lenguaje no muy importante -algo común en los conciertos K-Pop y sino fijaos en los grupos que tienen tan solo uno dos miembros capaces de hablar en inglés- y quizás gracias también a la «conexión filipina» del grupo, BIGBANG pudieron relacionarse con el público. Los miembros profesaron su amor por el país numerosas veces, dijeron a la multitud que se lo estaban pasando muy bien, que había sido su mejor público hasta la fecha y prometieron volver pronto.
Mientras tanto, los VIPs pueden recordar el primer concierto de BIGBANG en Manila para sentirlos cerca hasta que ese momento llegue.
